Especialistas y autoridades de salud intercambian avances, experiencias, conocimientos, hallazgos entomológicos y epidemiológicos, en la Segunda Reunión Nacional de Rickettsiosis, que tiene sede en Chihuahua del 8 al 10 de diciembre.
Los objetivos son fortalecer la coordinación interinstitucional y las capacidades técnicas de los programas de vigilancia, prevención y control de la enfermedad, así como mejorar la respuesta, oportuna, reducir la mortalidad y consolidar estrategias integrales basadas en evidencia.
Se trabajará en cinco ejes estratégicos: Prevención y control de zoonosis, promoción de la salud y comunicación de riesgos, epidemiología y análisis de riesgos, atención médica y manejo clínico, laboratorio y diagnóstico microbiológico.
El secretario de Salud, Gilberto Baeza encabezó la inauguración, acompañado por la consultora para México en Enfermedades Transmisibles por la OPS/OMS, Mónica Guajardo; la directora de Vigilancia de Enfermedades Transmisibles de la Dirección General de Epidemiología, María Nohemí Colín; y el director general del Centro Nacional de Prevención y Control de Enfermedades (Cenaprece), Rafael Valdez.
En su turno, el secretario de Salud dijo que este encuentro es un espacio estratégico para fortalecer las acciones de vigilancia, prevención, diagnóstico, tratamiento y control de la rickettsiosis, con rigor científico, pertinencia territorial y enfoque intersectorial.
Comentó que el intercambio de experiencias permite la articulación, el aprendizaje y asumir, como país, una postura común frente a un reto que solo puede enfrentarse con trabajo conjunto, ciencia y corresponsabilidad
El titular de Cenaprece la Secretaría de Salud de México, expresó que la fiebre manchada de las montañas rocosas y otras rickettsiosis son de los desafíos más complejos en el campo de las enfermedades transmitidas por vectores y reservorios.
Comentó que el padecimiento implica un gran reto no sólo por su capacidad de avanzar rápidamente hacia formas graves, sino también por el entramado ecológico, urbano y social que favorece su persistencia.
Resaltó que el control de la rickettsiosis va más allá del consultorio o del laboratorio, inicia en la vivienda, en el entorno comunitario, en la interacción cotidiana entre las familias, los perros y las condiciones del ambiente.
Señaló que la prevención de la rickettsiosis es una tarea colectiva, por lo cual reiteró el compromiso de trabajar con las Secretarías de Salud estatales, los servicios veterinarios, los municipios, las instituciones académicas, los laboratorios y las familias de todo el país.























