Por Gerson Hernández Mecalco*
¿Cómo resolver el problema?, esa es la gran incógnita a la que cada experto en Comunicación Política, se enfrenta en su trabajo diario. Tal vez la frase de “Houston tenemos un problema”, pueda servir para enfrentar ese reto. Pero mejor vamos por partes: el 11 de abril de 1970, hace 54 años, despegó la nave del Apollo XIII de la NASA, que tenía como objetivo convertirse en la tercera misión al espacio para la humanidad. Sin embargo, no se concretó, sin que se convirtiera en una tragedia. Dicen los que saben, que la agencia espacial calificó el suceso como un fracaso exitoso “porque los esfuerzos combinados del equipo de tierra y la tripulación lograron salvar la vida de los tres astronautas que iban a bordo”. En otras palabras, la crisis tuvo consecuencias millonarias y materiales, obviamente, pero no, por fortuna, pérdidas humanas. Sirva el ejemplo anterior para mostrar lo siguiente.
De acuerdo con el Intitute for crisis management, tal vez las herramientas de Inteligencia Artificial (IA) puedan mejorar las estrategias de comunicación en situaciones de crisis, con 10 procesos, que podrían ayudar a la NASA, y a otras instituciones, a mejorar los procesos de sus próximas crisis: 1.- Monitoreo en tiempo real y detección temprana en redes sociodigitales, esto ayudaría a que los encargados de comunicación sean proactivos a las situaciones, y no reaccionen a una llamada de un medio o periodista; 2.- Redacción de borradores de posturas, que siempre se tendrían que validar por el comité de crisis; 3.- Análisis de sentimientos para medir percepciones y ser empáticos con las respuestas; 4.- Análisis predictivo que puede ayudar a generar prospectivas de posibles escenarios; 5.- A través de las traducciones, adelantar los mensajes a diferentes audiencias globales.
Las otras cinco son: 6.- Utilizar los chatbot, para brindar “respuestas inmediatas a las consultas del público durante una crisis, aliviando la carga del personal humano”; 7.- Simulación de crisis, a través de ensayos con equipos de comunicación; 8.- Personalización de mensajes a diferentes audiencias; 9.- Análisis de contenido visual, a través de “imágenes y vídeos relacionados con una crisis para brindar información sobre las reacciones del público y los posibles riesgos para la reputación”; y 10.- Optimización del flujo de trabajo, para “agilizar los procesos de trabajo de comunicación de crisis” y mejorar la toma de decisiones.
Sin embargo, recordemos que la IA no tiene alma, por lo que lo más importante es continuar con el instinto creativo, la empatía, los códigos de ética y nunca dejar de ser humano. Estoy seguro que por más tecnología que tuvieron en sus manos los responsables de manejar la crisis del Apolo 13, el aterrizaje en el Océano Pacífico seis días después de su despegue, con todos los astronautas vivos; fue gracias al instinto e inteligencia humana. La IA llegó para quedarse, pero no por esa causa, se tiene que evitar dejar de pensar y pensar que con un dictado a un robot, se resolverá el problema.
The Guardian ¿Pone el ejemplo? Se va de la red sociodigital “X”, argumenta que: “es una plataforma de medios tóxica y su propietario, Elon Musk, ha podido utilizar su influencia para dar forma al discurso político”. Todo lo anterior se fortalecerá con la llegada del Presidente Donald Trump. Antes de morir Umberto Eco decía que las redes sociodigitales “le daban espacio a legiones de idiotas».
*Comunicólogo político, académico de la FCPyS UNAM y Maestro en Periodismo Político @gersonmecalco