La falta de medicamentos, atención por COVID-19, apagones que han mermado los servicios de primera necesidad, son sólo unas de las inconformidades, por las cuales los cubanos han salido a las calles a protestar desde el pasado domingo.
Derivado de ello, la situación en aquella nación provocó la represión por parte de la policía, actos que fueron rápidamente difundidos por medio de las redes sociales.
Bajo eslogans como «Patria y Vida» y «Cuba Libre» las demandas se convirtieron en gritos de “libertad” y exigencias de cambios políticos ante el régimen comunista y las restricciones financieras.
Muchos de los protestantes aseguran que “viven en represión” tanto socialmente como económicamente pues el uso de dólares (principal fuente de remesas), fue restringido en toda la isla.
Otra de las exigencias es el acceso a internet, servicios médicos, oportunidad de exportaciones y restricción en comercios internacionales.
A raíz de este hehco, decenas de países se han pronunciado, incluyendo a Estados Unidos, a quien también acusan de interferir en los procesos del país.
