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    Joven mexicana creadora de plástico biodegradable a base de naranjas

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    Giselle Mendoza, es un a joven mexicana que ha dado de qué hablar a nivel nacional, gracias a la creación de un bioplástico con la celulosa de la naranja que se puede biodegradar en un plazo de 90 días para reintegrarse a la tierra.

    La cáscara de la naranja puede ser usada para crear un bioclástico que puede reintegrarse a la tierra de manera natural, lo que viene a impactar de manera sumamente positiva para el medioambiente, pues se trata de una alternativa natural al plástico tradicional, que atenta contra nuestros ecosistemas.

    Giselle encontró que podía rescatar gran parte de la materia prima de empresas productoras de jugo, que las mandan como desperdicio o para alimentar ganado y estima que entre el 40 al 65% de este material puede terminar en la basura y en ocasiones estas empresas pagan para que se lleven el material sobrante.

    Gracias a su proyecto de bioplásticos con cáscara de naranja, la joven obtuvo el primer lugar de la premiación y recibió el impulso que necesitaba para continuar con su visión y ahora tiene una empresa llamada GECO Techonologies que sigue con la implementación de bioplásticos que ayuden a disminuir el problema que existe en el mundo.

    En 2018, Giselle Mendoza participó en el Global Student Entrepreneur Awards (GSEA). Esta plataforma está dedicada al emprendimiento.

     “Estamos trabajando en el desarrollo de un bioplástico elaborado a partir del residuo de la naranja, de la cáscara y el bagazo (residuo de la caña de azúcar), el cual es 100% biodegradable en aproximadamente 90 días y con potencial de aplicaciones en la industria biomédica, envasado y embalaje, alimentos y agricultura” comentó en una entrevista a Forbes.

    México es de los países con mayor consumo de botellas de plástico para refrescos a nivel global. El objetivo principal de esta mexicana es producir un sustituto de envases de Polietileno Tereftalato (PET). De esta forma, al desecharse, no causarán un impacto nocivo en el medio ambiente.

    La meta en el mediano plazo es construir una planta para producir bioplástico con base a cáscara de naranja. Adelantó que tienen en puerta cerrar una ronda de inversión que les permita concluir el desarrollo y ver hacia un escalamiento industrial y salir al mercado con esta tecnología” de acuerdo a una entrevista publicada en Milenio.

    La FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agriculutura) informó que el 90% del plástico que usamos en nuestra vida diaria es plástico desechable o de un solo uso: bolsas de comestibles, envolturas plásticas, bolsas autocerrables, tapas para vasos de café.

    Además enseña a reconocer los licroplasticos disfrazados, pues muchos cosméticos y productos de belleza contienen microesferas exfoliantes que en realidad son pequeñas perlas de plástico. Estos microplásticos pueden parecer inofensivos, pero precisamente gracias a su tamaño logran pasar a través de las plantas de tratamiento de agua y terminar en el océano, donde los peces a menudo los confunden con comida.

    Por lo tanto, esta nueva era de creación de plástico hecho a base de naranjas y otros productos orgánicos, vendrá a cambiar el mundo.

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